Daniel Panadero: “En GH las puertas siempre están abiertas para avanzar profesionalmente”

Daniel Panadero empezó como soldador en Beasain  y hoy es jefe de ventas en la delegación de Polonia. Entre medias, ayudó a abrir las plantas de Brasil y USA. Él es un claro ejemplo de que GH apuesta por el talento interno. Le entrevistamos en nuestro blog para que nos cuente su trayectoria y su visión de GH.

Cuéntanos cómo llegas a GH.
Terminé los estudios de Formación Profesional en Goierri y me puse a trabajar como soldador. Primero en CAF y luego en Guria. Un tiempo después, por un amigo me enteré de que en GH buscaban gente, me apunté al proceso de selección y recuerdo que Asier Etxeberria me hizo una prueba de soldadura. Enseguida me llamaron y hasta el día de hoy. Han pasado 17 años.

Después de tantos años, ¿te acuerdas cómo fueron tus primeros días en GH? 
Tengo muy buen recuerdo de mis inicios. Todo el equipo me acogió perfectamente y me enseñaron cómo funciona todo. Una de las cosas que más llama la atención cuando empiezas a trabajar en GH es el trato familiar que desprende la empresa. Desde dirección están dispuestos a hablar contigo en todo momento y las puertas siempre están abiertas para avanzar profesionalmente.

Tu caso es un claro ejemplo. ¿Por cuántos puestos has pasado desde que empezaste a trabajar en GH?
He pasado por muchísimos puestos de trabajo: soldador, encargado de producción, director de producto, ventas… Empecé en la central de Beasain pero después he tenido la oportunidad de desarrollar mi carrera en países del extranjero como Brasil o Estados Unidos. Allí he ayudado abrir las respectivas plantas con muy buenos resultados. Ahora estoy en Polonia como jefe de ventas. Soy una persona muy agradecida y cada vez que GH ha querido darme una oportunidad la he aceptado.

“Cada vez que GH ha querido darme una oportunidad la he aceptado”

De todas tus experiencias laborales en GH, ¿cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentado?
Posiblemente venir a trabajar a Polonia. Un país diferente, una cultura diferente, un idioma muy difícil, por lo que hasta que empiezas a chapurrear el idioma tienes que tener mucha paciencia, saber escuchar y estar atento a lo que te dicen.

¿Cuánto te costó empezar a dominar el idioma?
Alrededor de un año y medio. Me apunté a un gimnasio e intenté relacionarme con mucha gente. Leía mucho en polaco también y me ayudaba del traductor para entenderlo. Gracias a todo ello, al año y medio empecé a entender y a hablar algo el idioma. A día de hoy no tengo ningún problema de vender en polaco.

¿Y qué es lo que más valoran tus clientes en Polonia?
Pues lo mismo que en todos los sitios: la sinceridad. Si hay cualquier problema o si te vas a retrasar en el envío, el cliente tiene que saber la información lo antes posible. Si por cualquier motivo no lo haces y luego vienen problemas, has perdido un cliente.

“En todos los sitios los clientes lo que más valoran es la sinceridad”

¿Cuál de tus clientes destacarías en Polonia?
Después de diez años cada vez tenemos mejores clientes y más fieles. Todos los años aumentamos las ventas, lo cual es una gran noticia. Un cliente muy bueno para mí es la empresa Stalma. Hemos desarrollado proyectos muy importantes para ellos y tenemos otros dos pendientes para el año que viene. Personalmente, tengo muy buena relación con ellos.

¿Y tu idea es seguir viviendo en Polonia? ¿Te gusta la vida allí?
Vine para seis meses y llevo ya diez años, con eso lo digo todo. Es un país con mucho bosque y mucha naturaleza y la verdad es que me gusta. Además, para el año que viene me han propuesto ser jefe de grupo de ventas de la zona sur de Polonia. Es un nuevo reto y una nueva oportunidad para desarrollarme que afronto con las máximas ganas.

“Trabajar en puestos tan diferentes me ha permitido tener una visión más amplia de todo el trabajo que hace GH”

Lo primero de todo, enhorabuena. Y, para terminar, ¿qué es lo que has aprendido tras pasar por tantos puestos de trabajo y conocer tantos países?
Yo soy una persona muy enérgica y antes me enfadaba con facilidad. Conocer otras culturas, en cambio, me ha enseñado a tener paciencia, saber escuchar y ser mejor persona. Trabajar en puestos tan diferentes, por su parte, me ha permitido tener una visión más amplia de todo el trabajo que hace GH. Por ejemplo, cuando estás en el taller es habitual no valorar el trabajo que se hace en la oficina. Yo, en cambio, ya sé lo importante y el valor que tiene ese puesto de trabajo y muchos otros.